Yo Soy El Sembrador
Aquí en esta página iniciamos por encontrar el sentido del existir del Hombre y Dios, el recorrido de la Semilla por el tiempo, desde que ella baja; pues al lanzarla, cualquiera cae al camino, alguna en pedregales y otra entre cizaña, esas tantas razones e incongruencias del hombre, que es quien da fruto en ella, porque esta parábola es eso: un pináculo de posibilidades del hombre en toda su identidad con EL CREADOR INNOMINADO QUE ES DIOS, el que el mundo rechaza, porque fue cambiado por dioses de chatarra y cosas propias a la exacta necedad y terquedad humana: su ignorancia, suciedad, vulgaridad, ineptitud que es el crimen de su inocencia de quien es él, ante la tierra, el Universo y las Leyes que lo Originaron.
Para esta hora y ya maduro el tiempo y el hombre; vengo a restablecer la Semilla y comienzo por entregar EL LIBRO DEL CORAZÓN que en estos siguientes capítulos resembrarán la Semilla Original en buena tierra; porque… “el conocimiento es universal y perenne, el hombre es su maestro, éste lo comunica y difunde: porque en la medida que se adquiere, el hombre se proyecta a la medida del Universo” y para entender esta mecánica, se necesita la tierra que en esta hora camina sobre el planeta preguntándose: ¿Quién Soy?, respuesta que es y será el fruto de la Semilla.
Y vine como Sembrador de la Semilla del Cristo en sí Mismo, el origen que dio principio al hombre pero se disipó en la Tierra por causa de las tres condiciones del camino, pedregales y cizaña y que ahora, cuando el sol de nuestro sistema hace cambios para acomodar al hombre a su nuevo nacimiento planetario, ahora, tiene que tomar su semilla y sembrarla más allá de sus razones, en lo profundo de su corazón para que su mente soporte su crecer, eche raíces y le responda ¿Quién es?…
